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Una hoja de ruta para superar el peinado borroka

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Inasequible a modas, tendencias e innovaciones en la peluquería, un grupo de irreductibles vascos se resisten a abandonar una de las señas de identidad estética de Euskadi: el característico peinado borroka, único en su género en todo el mundo y al que el resto del estado español se acostumbró a golpe de fotos de busca y captura de los gudaris independentistas.

A saber: por delante, pelo cortado en forma de flequillo horizontal cuatro dedos por encima de las cejas (muy pobladas), patillas discretas en caída vertical o inexistentes, cabello en media melena por detrás, estilo mullet, sin concesiones a las coletas, cola de caballo u otras frivolidades. Uso episódico del suavizante.

Se trata de un estilo unisex, aunque en el caso de las féminas, el corte se caracteriza por cercenar todo rastro de feminidad. Predominantemente irregular, es un corte poco suavizado, muy afilado y que no marca las facciones. Flequillo rectísimo y cortado a ras, con un dedo de largo como mucho; patillas y nuca despejada, bien melena con pelo bien corto o rapado detrás de las orejas. Pero como una imagen vale más que mil palabras, ahí van unas muestras:

¿Es posible salir del peinado borroka para integrarse estéticamente con el resto de la sociedad vasca?, ¿Cómo y para qué puede evolucionar un mullet? Nuestra corresponsal en Las Vascongadas, Noemí Rivera, ha recorrido las Herriko Peluquerías para buscar una Hoja de Ruta que permita superar este Aitxurri estético que amenaza con escleriotizar a la juventud vasca:

“Es un estilo francamente poco favorecedor, no le queda bien a casi nadie, sobre todo a las chicas con facciones muy redondas”, cuenta Ángel Círez, dueño de la peluquería Zerik de Lazkao, en lo hondo de la comarca guipuzcoana de Goierri.

“Las chicas que me piden un corte del estilo normalmente son chicas muy perforadas, con muchos piercings y una vestimenta poco apropiada a su cuerpo. No es para nada un aspecto dulce de cara a la galería, pero tampoco es algo que persigan”.

El pelo borroka exterioriza una manera de estar en el mundo, igual que las camisetas de los punkis o los polos de Ralph Laurent entre los pijos. Cuando ves semejante adefesio capilar sabes que estás frente a un simpatizante de la izquierda abertzale, o de movimientos feministas, ecologistas, anti-TAV…. Aunque, como en todo, hay excepciones, por supuesto.

“Se podría decir que estamos frente a una tribu urbana. Así como estan el hip-hopero, el metalero o el cani/choni, esta el euskal-underground, muy ligado a todo este rollo étnico”, explica el peluquero Círez.

Pero, ¿qué perfil tienen estas víctimas de la tendencia del flequillo ultracorto? Se puede decir no hay edad determinadas, ya que lo vemos en niñas cuyas madres deciden rebanarles el flequillo al máximo para retrasar lo más posible la siguiente visita a la peluquería, y también lo vemos en mujeres adultas, como por ejemplo Maite Arístegi, diputada de Amaiur en el Congreso. Sin embargo, Ángel cuenta que, en su peluquería, principalmente son las chicas de entre 17 y 23 años quienes se decantan por el estilo.

Si bien es cierto que es un corte de pelo llamativo por su horrendidad, hay que decir a su favor que es muy práctico. Puede llegar a pasar hasta casi medio año hasta que el flequillo te impide la visión, y el rapadillo de detrás de las orejas evita que el pelo se te venga a la cara. Además, el empleo de cintas anchas te permite llevar el pelo sucio al menos durante más tiempo, si así se quisiera.

[Atención, otra parodia]

Va de pelos:

-Una somera historia del mullet, un peinado prohibido en Irán

-El peinado a lo Hitler, cada día más de moda


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